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15 abril 2010

"Carta abierta a los obispos católicos de todo el mundo"

-Por Hans Küng

Original extraído de El País


Sinceramente no sé si me llama más la atención lo que se dice en esta carta abierta, o quien lo dice; quizá sea una combinación de las dos cosas. Resulta que el autor de esta carta fue compañero de Benedicto XVI en la Universidad, además de ser, junto con el actual Papa, los teólogos más jóvenes presentes en el Concilio Vaticano II, en el que la vetusta institución intentó, no sin éxito en algunos aspectos, modernizarse. Sin embargo, el haber estado presente en el Concilio, no parece influír en Ratzinger, si no todo lo contrario, ya que la mayoría de las decisiones teológicas tomadas durante su papado han sido orientadas a opciones preconciliares, por ejemplo:
  • -Se ha desperdiciado la oportunidad de un entendimiento perdurable con los judíos: el Papa reintroduce la plegaria preconciliar en la que se pide por la iluminación de los judíos y readmite en la Iglesia a obispos cismáticos notoriamente antisemitas, impulsa la beatificación de Pío XII y sólo se toma en serio al judaísmo como raíz histórica del cristianismo, no como una comunidad de fe que perdura y que tiene un camino propio hacia la salvación. Los judíos de todo el mundo se han indignado con el predicador pontificio en la liturgia papal del Viernes Santo, en la que comparó las críticas al Papa con la persecución antisemita.
  • - Apoya con todos los medios la misa medieval tridentina y él mismo celebra ocasionalmente la eucaristía en latín y de espaldas a los fieles.

  • - Ha reforzado los poderes eclesiales contrarios al concilio con el nombramiento de altos cargos anticonciliares (en la Secretaría de Estado y en la Congregación para la Liturgia, entre otros) y obispos reaccionarios en todo el mundo.

Creo que la mayoría de los diagnósticos y remedios que propone este teólogo son ampliamente demandados y "necesarios" -entiéndase la relatividad del concepto necesario aplicado a algo supérfluo-para una Iglesia que se desangra en su cuna, si bien extiende sus raíces por todo el mundo.

Además hay ciertos aspectos que me llaman tremendamente la atención proviniendo de un importante teólogo católico como la necesidad de aprobar la investigación con células madre o la de aprobar el uso de anticonceptivos, aunque hecho en falta otras como la aceptación de la mujer en el sacerdocio, la completa integración de los homosexuales, o una posición más clara y rotunda en favor de la eliminación del celibato.

Un párrafo (más que un párrafo, un libro entero) merecen los abominables escándalos pederastas en los que la Iglesia está metida, y lo peor de todo es que no sabe salir, no sabe romper con todo eso y salir hacia adelante. Por el contrario se autojustifica y encubre, dando cada vez más una sensación de podredumbre y miseria moral y espiritual ("haz lo que digo, no lo que hago"). Tan dificil es pedir claramente perdón por todo el daño causado y reprender públicamente a los causantes (teniendo en cuenta que pedir responsabilidades penales y la expulsión de la fe católica me parecen quimeras)

Un bico e unha aperta




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