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22 junio 2009

De paseo

Quién no ha intentado ponerse en la piel de otra persona, quién no ha ido de paseo y se ha cruzado con alguien, y ha intentado meterse en su cabeza para saber que serie de casualidades ha posibilitado que dos personas se crucen por la calle, o simplemente para intentar adivinar que pensamiento es ese que mantiene esos ojos clavados en el horizonte.

Esto es habitual realizarlo con la gente a la que uno no conoce, porque se supone que con las personas cercanas la conexión es instantánea, no hace falta intentar sentir lo que esa persona siente, simplemente lo sientes.

Pues bien, mi querido lector imaginario, cada vez descubro mejor la gran deshumanización de este mundo, y la gran incapacidad que tenemos -me incluyo- para mostrar nuestros sentimientos.

Somos capaces de hacer un relato detallado de los hechos, y sin embargo, los sentimientos que esos hechos nos producen siguen quedando guardados para uno mismo.

Muchos preferimos lidiar nosotros mismos con ellos, para no molestar a nadie con nuestras tonterías, y no nos damos cuenta de que del otro lado del café, hay una persona dispuesta a escucharnos, y que esas "tonterías" son para ese amigo/a una oportunidad única de acercarse a nosotros.

No sé qué me ha llevado a escribir esto, ni siquiera sé qué está pasando por mi cabeza ahora mismo; quizá simplemente sea la visión continuada de la misma mesa y la misma silla durante más de un mes.

Creo que es la primera vez que escribo a plena luz del día, ¿se habrá definitivamente la noche olvidado de mi?

Un bico e unha aperta

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